Un grupo de diseñadores británicos ha propuesto un nuevo concepto de calle inteligente, Pasos de cebra digitales el futuro de las ciudades, en el que el asfalto sea sustituido por unas baldosas inteligentes que se iluminan con diferentes configuraciones, a modo de mosaico digital. Junto a ellas, una serie de sensores situados en este nuevo empedrado futurista detectaría el tipo de tráfico que está circulando en cada momento y adaptaría las condiciones a ellos.
Todo viene de la mano de Starling crossing donde podeis ver este y otros proyectos. Y ya que el coche autónomo es algo con lo que cada vez se expermienta más a fondo ¿ porque no pasos de cebra inteligentes?
”Los pasos de cebra hoy en día fueron diseñados hace muchas décadas cuando las ciudades grandes eran muy diferentes de las de hoy”, explica Usman Haque de Umbrellium, el grupo detrás de la idea. “Cuando escuchamos hablar de nueva tecnología para las carreteras siempre pensamos en coches, o vehículos autónomos, o nuevos sistemas se semáforos, pero nao que nosotros queríamos hacer es un paso de peatones que dé prioridad a los peatones y se adapte a sus necesidades.
Este nuevo sistema estaría complementado por unas cámaras situadas en las inmediaciones que permitan identificar los diferentes tipos de vehículo y las respectivas direcciones direcciones de cada uno. Si no hay peatones deseando cruzar, el paso de cebra desaparecería para que la prioridad la tengan los vehículos a motor.
El sistema también sería capaz de idenfitifcar diferentes casos extraordinarios. Un ejemplo propuesto por Umbrellium es cuando detecta una persona cruzando de forma repentina, el suelo bajo sus pies se iluminaría de color rojo en varias docenas de metros a la redonda
De momento este modelo solo existe en un estudio de televisión como prototipo. Es ahí donde los diseñadores prueban y eligen nuevos funcionamientos, y pueden experimentar con las reacciones en un entorno controlado. En Umbrellium necesitan hacer más pruebas para construir un sistema de baldosas digitales que sean suficientemente baratas, pero que tampoco modifiquen mucho los aspecto de tracción en los vehículos. Una superficie con menor fricción podría hacer que los peatones se resbalen y que los coches no puedan frenar a tiempo.
